El Gobierno de Navarra ha instalado en sus cerca de 9.000 equipos informáticos el paquete ofimático LibreOffice. Esta medida, impulsada por la Dirección General de Gobierno Abierto y Nuevas Tecnologías, está en consonancia con la actual legislación europea y española sobre la materia y tiene el objetivo de favorecer la utilización del software libre en la Administración, por el que no hay que pagar licencias de uso
PAMPLONA, 05 (EUROPA PRESS) - El Gobierno de Navarra ha instalado en sus cerca de 9.000 equipos informáticos el paquete ofimático LibreOffice. Esta medida, impulsada por la Dirección General de Gobierno Abierto y Nuevas Tecnologías, está en consonancia con la actual legislación europea y española sobre la materia y tiene el objetivo de favorecer la utilización del software libre en la Administración, por el que no hay que pagar licencias de uso.
LibreOffice es un conjunto de aplicaciones de ofimática gratuito, libre y soportado por diferentes sistemas operativos. Dispone de un procesador de texto (Writer), un editor de hojas de cálculo (Calc), un creador de presentaciones (Impress), un gestor de bases de datos (Base), un editor de gráficos vectoriales (Draw) y un editor de fórmulas matemáticas (Math). No obstante, en los equipos informáticos del Gobierno de Navarra no se ha instalado el gestor de bases de datos.
Este paquete instalado convivirá con el de Microsoft Office, lo que permitirá a los empleados públicos familiarizarse con herramientas de software libre o de código abierto y la generación de datos en estándares abiertos y reutilizables, siguiendo las recomendaciones de la normativa europea y española en este ámbito.
Con esta iniciativa se ha dado el primer paso para la implantación del software libre en la Administración foral y, según su resultado, la Dirección General de Gobierno Abierto y Nuevas Tecnologías valorará la adopción de nuevas medidas como la migración definitiva de los equipos informáticos del Gobierno de Navarra hacia programas informáticos de software libre, ha informado el Ejecutivo navarro.
El Economista