El desarrollador informático, activista y fundador del movimiento por el software libre en el mundo, Richard Stallman (Nueva York, 1953), ha vuelto a pisar España, pero no únicamente para continuar con su evangelización sobre los programas de software libre, sino para reflexionar sobre las obras libres y las licencias asociadas aplicadas a un campo como el origami
30-01-2014 - El taller de reciente creación de Medialab Prado (en Madrid) llamado I+Papel, sobre proyectos que implican ingeniería en papel avanzada, papiroflexia, origami y otras técnicas, plantea cómo trasladar la filosofía del software libre al mundo del arte en el plegado de papel.
Según manifestó su organizadora, la artista Origlam, el origami consiste en «dar indicaciones a un material -el papel- para que haga unas cosas concretas» y la creación de obras dentro de este arte «plantea límites éticos» en cuanto a propiedad o la forma de compartirlo.
La libertad en el software
El software libre es como se llama al software -los programas- que respeta la libertad de los usuarios que adquieren el producto y, una vez obtenido, pueden usarlo, copiarlo, estudiarlo, modificarlo y redistribuirlo libremente de varias formas.
En perfecto castellano, Stallman comenzó explicando cómo aplicó hace décadas la idea de libertad -tener control de tu propia vida- al software: «Que los usuarios controlen el programa».
Para ello, indicó, las características esenciales que debe tener el software son poder ejecutar el programa como se quiera en cualquier actividad; poder estudiar el código fuente del programa -son las instrucciones que sigue el ordenador para ejecutarlo-, comprenderlo y cambiarlo; colaborar con otros usuarios que sepan desarrollar para hacer una versión del programa y redistribuirlo en las mismas condiciones que se recibió.
Entre tazas y tazas de gazpacho, Stallman rememoró el lanzamiento del movimiento de software libre en 1983, bajo estas premisas. Primero llegaría el sistema operativo completamente libre iniciado por el activista, el sistema GNU. Nueve años más tarde el sistema se completó con el desarrollo de Linux, un núcleo libre de sistema operativo basado en Unix creado por el ingeniero finlandés estadounidense Linus Torvalds en 1991.
De la unión surgiría el GNU/Linux, que como indica su nombre es una combinación del núcleo libre con el sistema GNU.
Libertad en las obras
Richard Stallman también explicó cómo liberar las creaciones de uso práctico como las recetas de cocina, material educativo, obras de referencia, fuentes tipográficas o las instrucciones alojadas en sitios de internet para hacer origami.
«Solo publicar la obra no la hace libre. Cualquier obra, solo por existir lleva implícitos unos derechos de autor que prohíben copiarla, cambiarla o distribuirla», comentó el activista, que aconseja usar licencias copyleft, por las que el autor puede permitir la libre distribución de copias y versiones modificadas de una obra u otro trabajo, exigiendo que los mismos derechos sean preservados en las versiones modificadas.
«En España el copyleft se usa mal», criticó Stallman, al aludir a que en muchos casos en los que se toma una obra liberada no se respeta la condición de mantener su libertad a la hora de redistribuirla. «Quien reciba la copia debe distribuirla bajo la misma licencia y con el código fuente para que los demás disfruten de las mismas libertades», sentenció.
Sin embargo, el activista se manifestó en contra de prohibir el software privativo, o software propietario -cualquier programa informático en el que el usuario tiene limitaciones para usarlo, modificarlo o redistribuirlo-. Así remató: «Prohibir el software privativo sería como prohibir las drogas, una locura. (...) Trabajemos para eliminar los sistemas operativos como Windows o Mac, pero no para prohibirlas. Las escuelas deberían enseñar software libre».
Stallman, hacia el final de su charla, desplegó su faceta más humorística y gamberra metiéndose en el papel de Saint iGNUcius, el santo liberador de máquinas, sistemas operativos y predicador de la religión del software libre.
RTVE